viernes, 25 de septiembre de 2009

Desafío ( parte II )

Aunque quiere parar y reflexionar, su culpa cristiana no lo permite. Está agotada de tan sólo pensar en aquellos lejanos días en los que decidió convertirse en una persona automática. Le molesta recordar que una vez se pensó capaz de escribir tantas líneas. Ahora se conforma con el humilde lugar que ocupa desde que tomó la decisión de abrirse al éter.

Desafío ( parte I )

Límite. Dolor. Vértigo. Angustia. Borde. Mareo. Vacío. Impresión. Precipicio. Ansiedad. Altura. Dolor. Lejanía. Nervios. Angosto. Molesto. Peligro.Confín. Locura. Extremo. Desconfianza. Cuesta. Agonía. Declive. Nauseas. Barranca. Abismo. Basta.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Sinónimos

Está contenta desde que leyó a Borges y se enteró de que los sinónimos no existen. Ahora , frente a cada palabra emitida, repite mentalmente: los sinónimos son una reducción semántica práctica. Le resulta vertiginoso y a la vez desafiante, pensar que no hay dos palabras iguales. No se olvida que cada una tiene un matiz lógico-semántico que refleja la personalidad, y ése es el aspecto con el que más se regocija. Si el lenguaje es el espejo de una persona, y todo el tiempo éste se reinventa con nuevos neologismos, significa que ella también está en constante proceso de reinvención. Y qué más quisiera uno que sentirse único aunque tan sólo sean unos segundos en el día.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Falsa complejidad

Enrevesada, laberíntica y borrascosa es su forma de expresarse. Por más esfuerzo que haga, sólo palabras engorrosas se escuchan de su boca. Ha intentado todo tipo de pruebas para salir de este trance, pero aún sin las lecturas de Quevedo, el vocabulario elitista y barroco parece burlarse de su culpa.
Lamentablemente, el constante enfrentamiento solamente ha logrado mayor cohibición. Esperemos entonces, que tal dificultad no elimine por completo el consuelo. Ese rico alivio que se genera al caer en la cuenta de las nobles propiedades que tiene la modestia lingüística.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Lecturas nocturnas

Hubo un tiempo en que yo pensaba mucho en los axolotl. Iba a verlos al acuario del Jardin des Plantes y me quedaba horas mirándolos, observando su inmovilidad, sus oscuros movimientos. Ahora soy un axolotl... Los dedos le tiemblan de sostener el libro desde hace más de una hora. Prueba cambiar la posición de su cuerpo, ganando así un fresco alivio en la posición de sus brazos. El azar me llevó hacia ellos una mañana de primavera en que París abrió su cola de pavorreal después de la lenta invernada. Bajé por el bulevar de Port-Royal, tomé St. Marcel y L´Hospital, vi los verdes entre tanto gris y me acordé de los leones. Era amigo de los leones y las panteras, pero nunca había entrado en el húmedo y oscuro edificio de los acuarios. Dejé mi bicicleta contra las rejas y me fui a ver los tulipanes. Los leones estaban feos y tristes y mi pantera dormía. La vista se nubla y las palabras comienzan a mezclarse. Necesita volver atrás y leer varias veces los mismos renglones que ya leyó. Comienza a ponerse incómoda. Hará un último esfuerzo sino tendrá que entregar sus ganas. Se acomoda nuevamente hacia el otro costado, en la posición inicial y vuelve a focalizar. Opté por los acuarios, soslayé peces vulgares hasta dar inesperadamente con los axolotl. Me quedé una hora mirándolos y salí, incapaz de otra cosa.En la biblioteca Sainte-Geneviève consulté un diccionario y supe que los axolotl son formas larvales, provistas de branquias, de una especie de batracios del género amblistoma. Que eran mexicanos lo sabía ya por ellos mismos, por sus pequeños rostros rosados aztecas y el cartel en lo alto del acuario. Leí que se han encontrado ejemplares en África capaces de vivir en tierra durante los períodos de sequía, y que continúan su vida en el agua al llegar la estación de lluvias... El libro está cerrado, apoyado en el borde de la cama. Antes de estirar el brazo y apagar la luz, hace el último esfuerzo por abrir un ojo y mirar el reloj que lleva en su muñeca. Cuarenta minutos han pasado desde la última vez que intentó concentrarse. Se duerme profundamente y tiene un sueño. Cuando despierta, hace el esfuerzo por recordarlo pero no puede, solamente le vienen a la mente las palabras: libro, placer, tiempo, rutina, frustración.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Vacío

Jamás sucumbirá a la terrible decisión de dejarla ahí. Aún si a cambio tiene que rechazar aquellas que sí dicen algo, lo hará con tal de cumplir el objetivo y aliviar su espíritu. Lo que más le molesta no es la opinión de quienes actúan de jueces y verdades, sino la infatigable sensación de que nunca más podrá dormir livianita. La sola idea de despertarse en la noche, ahogada por sus propios pensamientos truncos, le retuercen el estómago hasta dejarla inmóvil.
El objeto de aflicción sigue ahí, en el mismo lugar donde la dejó aquella vez. No se ha movido ni se han modificado sus propiedades. Seguirá a la espera, cual fiel compañera, hasta que llegue el día. Ese segundo en el cual, la mano que guía la pluma, romperá la desesperada monotonía y su calidad de hoja en blanco.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Una cierta Señora

Le gusta mucho jugar, sobre todo divertirse conmigo, o de mí. Corre, toma envión y se sube a la T. Trato de alcanzarla pero cuando estoy así de cerquita, pega el salto y aterriza en la panza de la D. Qué más quisiera yo que se quedara allí reposando y que me diera tiempo para conocerla. No puedo saber cómo tratarla si no me deja ni observar. Entonces, me hago la disimulada, y como quién no quiere la cosa, me acerco sigilosamente. Y otra vez. Hacia el vacío la veo volar. Esta vez hacia la Y. Dicen que considera a esta letra, como una de las más confortables. Claro, imagino que la razón es que puede reposar en su huequito sin miedo a caerse. Luego de un rato comienza a aburrirse y entonces cambia la comodidad por la diversión. En cuanto uno se descuida , la ve disfrutando del tobogán de la S.
Sí, en ésto se ha convertido nuestra relación. Yo la persigo y ella disfruta. Ojalá quisiera divertirse conmigo. Ojalá un día se diera cuenta de que juntas podríamos formar un buen equipo. Ojalá. Por lo pronto, trataré de no actuar de forma indebida. Si algo aprendí con el tiempo es que a Inspiración no le gusta que la presionen.