viernes, 3 de febrero de 2012

Consulta médica XXII

-¿Hola?
-Hola, ¿doctor?, le habla Beroldo
-¡Hola, mi querida Beroldo! No sabe qué alegría me da escuchar su voz
-Gracias doctor, a mí también me alegra escucharlo. Disculpe que lo llame en sus vacaciones. Sé que es un poco desubicado de mi parte, pero realmente necesitaba hacerle una consulta
-Por favor, usted bien sabe que no tiene que pedirme ninguna disculpa. Por más que esté de vacaciones, jamás dejaría de atender una emergencia
-Bueno, lo mío no sé si lo puedo definir como una emergencia
-¿Beroldo?
-¿Qué?
-¿Va a empezar con las definiciones?
-No, no
-Cuénteme qué le anda pasando
- Bueno, en realidad no es un problema nuevo. Otra vez ando durmiendo poco y sus consecuencias me tienen muy preocupada
-A ver, la escucho
-Me despierto muy cansada, confundida, a veces transpirada
-¿Y a qué puede deberse? ¿Pensó en algo?
-Sí, claro, al sueño
-¿Al cansancio?
-No, al sueño en general, no. A un sueño.
-Estoy teniendo un deja vu
-Yo también…
-Bueno, prosiga querida
-Últimamente sueño que estoy hablando frente a otras personas y, de repente, me ataca algo así como una enfermedad neurológica, me agarra una especie de amnesia y me paralizo. Cuando la gente se me empieza a acercar, me despierto.
-¿Y dónde transcurre el sueño? ¿Por qué está hablando frente a otras personas?
-No logro recordar con claridad, pero que creo que estoy explicando algo
-Ah, es decir que usted en el sueño está dando clases
-Sí, creo que sí
-¿Y acaso usted no se dedica a dar clases?
-Sí, y con esto le termino de explicar lo que me pasa: al tener este problema de despertarme a la noche así de sobresaltada, cuando voy a trabajar, me cuesta pensar claramente. No rindo, doctor, no rindo. Déme algo para dormir bien
-Espere, querida, termine de explicar primero. ¡Vamos, que apurarse no es su estilo!
-Sí, lo sé doctor, es que estoy realmente preocupada. Le voy a ser directa: tengo eclipse de ideas
-Ay, Beroldo, usted sí que me hace sonreír ¿Podría explicarme a qué se refiere con su eclipse?
-Me está tomando el pelo, doctor
-No, no, le hablo en serio, me intriga mucho saber de qué habla
-Bueno, igual, debo decir que extrañaba nuestras conversaciones y que usted me tomara el pelo
-La verdad, si tengo que serle franco, también extrañaba tomarle el pelo
-Gracias, doctor
-A usted, querida. Entones, el eclipse
-Eso doctor. El mismo nombre lo define, creo yo. Desaparición, abandono de ideas a causa de mi problema con el sueño
-¿Con ese sueño en particular?
-No, doctor, no. Con el sueño, con mi problema para dormir. Me está afectando la cabeza, no me permite pensar bien
-Bueno, si quiere le receto nuevamente las pastillas para dormir
-Sí, creo que sería lo mejor
-Pero antes, si no está muy cansada, ¿podría definirme la palabra “eclipse”?
-“Si no está muy cansada”, qué malo, doctor. Y sí, puedo: cuando se oculta transitoriamente un astro
-Una palabra, Beroldo, sólo una palabra: transitorio
-…
-¿Cuándo quiere pasar a buscar la receta?
-No, deje. Creo que mejor voy a esperar un poco
-¿Está segura?
-Sí, muchas gracias doctor
-Bueno, pero llámeme cualquier cosa y si no, en una semana ya estoy de vuelta en el consultorio. Mire que la espero, eh, no se pierda
-Por supuesto, doctor. Lo veo pronto.
-La espero, querida
-Sí, y cuando lo vea personalmente le cuento acerca de un sueño extraño que tuve. Para mí que es todo de lo mismo
-Pero ahora me deja con la intriga, Beroldo
-Es un pavada y no quiero demorarlo más. Soñé que nos cruzábamos en un taller literario. ¡Muy raro!
-…
-¿Doctor? ¿Está ahí?
-Beroldo, venga pronto. En serio se lo digo
-¿Qué le pasa, doctor? Lo noto raro
-No me pasa nada, querida. Usted sólo hágame caso y no se cuelgue
-Se lo prometo. Gracias de nuevo, un beso
-Gracias a usted, un beso, mi querida