domingo, 30 de mayo de 2010

Percepciones

No resulta fácil definir las relaciones humanas, pero aún así se sabe que éste es un tema recurrente en ella y que siempre está intentando entender cómo funcionan.
Hace un tiempo que viene observando el nivel de receptividad de las personas. Esa capacidad para recibir estímulos exteriores, de escuchar y dialogar con el otro.
Ella tiene la impresión de que el medio no ayuda, justamente, a desarrollar esta capacidad de recepción. Lo individual permanece en una posición ventajosa en relación a lo grupal, y eso provoca cierta molestia a la hora de moverse de lugar. Se trabaja en grupo, se viaja en grupo, se estudia en grupo, sin embargo, no es factor suficiente para una convivencia armoniosa y social.
Por otro lado, en todas las situaciones y contextos, siempre existe la frontera insurgente. Ese espacio que se burla de lo establecido y rompe con lo conveniente. Lugar en el cual persiste la idea de todo cambio, y donde el tiempo se reparte entre análisis y prácticas.
Ella respira aliviada de saber que están esos espacios, que son ocupados por una gran mayoría y que sus pinchazos resienten a la costumbre legítima.

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