jueves, 2 de junio de 2011

Consulta médica XIII

-¿Hola?
-Uh, metí la pata
-¿Es usted, Beroldo? ¿Cómo que metió la pata? ¿Está bien, necesita algo?
- No, disculpe doctor. Me equivoqué al marcar el número. Tengo una laguna en la mente o se me salió un tornillo
-Más bien veo que está en las nubes, ¿tendrá cabeza de novia?
-¿Me está tomando el pelo? En serio, más que en las nubes, estoy en la luna y no doy pie con bola
-Pero pare el carro y no se me ahogue en un vaso de agua, querida. ¿Necesita que le de una mano?
-No, no se preocupe. La realidad es que pasé una noche de perros, no pegué un ojo y ahora estoy hecha puré
-¿Pero qué hizo? ¿salió a romper la noche?
- No me tome para el lado de los tomates, doctor.
- La estoy cargando, Beroldo. Hoy tiene pocas pulgas. Usted bien sabe que estoy hecho de buena madera
-Sí, no me haga caso. Hoy salto como leche hervida. Tome con pinzas todo lo que le dije. Necesito dormir a pata suelta
-Sí, es probable que esté pasada de rosca
-Sí, estoy por el suelo y hago todo en cámara lenta
-Bueno, aunque vaya a paso de tortuga, hágame caso y vaya a descansar. Va a caer fusilada
-La verdad es que sí, estoy planchada
-Y además, la noto de capa caída, ¿puede ser?
- No, no le de vueltas al asunto. Le aseguro que mi problema es que estoy de cama
-Entonces, si está sin cuerda, no sea papafrita y acuéstese ya.
-Sí, le pongo punto final al asunto
-Perfecto, querida Beroldo. Que descanse. La espero pronto así me cuenta qué le pasó.
-Gracias doctor, y disculpe este papelón. No me da la cara.
-No se haga rollo, ¿quiere?
-Sí, mejor paro la máquina. Hasta pronto, doctor. Gracias nuevamente
-De nada, mi querida. Cuídese

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