lunes, 18 de julio de 2011

Consulta médica XVII

-Hola doctor, ¿cómo anda?
-Hola Beroldo, muy bien, ¿usted? Pase nomás
-Gracias, muy bien también
-Me alegro, eso quiere decir que ya no siente ese dolor en la boca
-Por suerte, no
-¿Y se puso a pensar a qué puede deberse el cambio? Le pregunto porque al final no necesitó ni ir al dentista ni que yo le recetara nada
-Es cierto. Y sí, estuve reflexionando al respecto
-Me encantaría escuchar su reflexión
-Por la metamorfosis
-¿La metamorfosis? Ay, Beroldo…
-No se adelante, doctor. No es su estilo
-No, no, prosiga, yo me callo
-Hablo de la metamorfosis de los problemas, también de las ideas
-¿Cómo es eso?
-Voy a ser concreta
-Su especialidad
-Gracias, doctor
-De nada, Beroldo
-Lo que quiero expresar es lo siguiente: una situación cualquiera, un comentario al pasar, un detalle insignificante pueden convertirse, quizás sin una lógica que podamos explicar de forma consciente, en el problema de nuestras vidas. Podemos llegar a sentir, en cuestión de segundos, que lo que nos aqueja es lo más grave hasta el momento y que cambia el curso de nuestras vidas tal y como la conocíamos hasta ahí
-¡Pero qué catastrófica, Beroldo!
-Sí, se la estoy exagerando un poco, en realidad. Pero es que así tiene más fuerza la idea
-La estoy entendiendo perfectamente, igual
-Bueno, esa imagen negra que le pinté, también puede ocurrir pero de manera inversa. El problema más grande del mundo, de un momento a otro, y casi sin proponérnoslo, puede pasar a ser un detalle, dilemas insignificantes que agregaremos a nuestra lista de anécdotas para contar
-Muy interesante lo que dice, querida. Eso me lleva a pensar que este lugar acompaña esa metamorfosis de la que habla. O por lo menos, eso intento
-Totalmente, doctor. Este consultorio, mejor dicho usted es una pieza importante dentro de ese proceso de cambio. Para mí, definitivamente lo es
-Hoy me va a hacer emocionar, Beroldo. Es terrible
-Es la realidad. Y las cosas se reconocen en vida, ¿no cree?
-No podría estar más de acuerdo. ¿Y qué me dice de las ideas?
-Lo mismo, doctor. A veces, esas ideas que creemos brillantes en un momento, se desvanecen de la noche a la mañana. Bastante frustrante se siente cuando eso nos ocurre
-Sí, lo es, pero al mismo tiempo, yo creo que es un signo de avance, de aprendizaje. Usted solita mencionó el concepto metamorfosis. Lo que se produce es un cambio, no una pérdida. Si rechazamos o desplazamos la idea original es porque ya hemos elaborado una más compleja, ¿no lo cree?
-Sí, es cierto. De hecho, me gusta pensarlo de esa manera. Hay menos riesgo de caer en la frustración
-¿Le digo algo curioso, Beroldo?
-Dígame, doctor
-Hoy siento que la consulta médica me la hizo usted a mí. Me siento muy bien en este momento y hoy, particularmente, no había tenido un buen día
-Me va a hacer sonrojar, doctor. Es un halago que me diga algo así
-Yo me tomo muy en serio mi profesión médica. No sabe cuánto he aprendido de mis pacientes en todos estos años.
-No lo dudo
-Entonces, querida, y luego de este momento de reflexión, ¿quiere contarme el motivo de la consulta de hoy?
-Creo que prefiero volver otro día. Pareceré una loca, pero siento que arruinaría el ambiente, contaminaría el clima
-Bueno, Beroldo, entiendo lo que dice, pero si se siente mal o algún dolor la aqueja, debe decírmelo. Al fin y al cabo, este no deja de ser un consultorio médico y yo, como su médico clínico de cabecera, tengo la responsabilidad de atenderla si necesita algo
-Sí, lo sé, pero no se preocupe, créame cuando le digo que puedo dejar la consulta para la próxima
-Bueno, pero si necesita algo, no dude en comunicarse conmigo a la brevedad, ¿estamos de acuerdo?
-Lo estamos, doctor. Muchas gracias
-Gracias a usted, querida. La acompaño a la puerta
-Hasta la próxima, doctor
-Hasta pronto, Beroldo

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