lunes, 15 de agosto de 2011

Consulta médica XIX

-Hola querida Beroldo. Pase nomás
-Hola doctor, gracias
-¿Sabe una cosa? Hace unos días me acordé mucho de usted
-¿Ah, sí? ¿Por qué?
-Por otra paciente. La señora también sufre de la corporización de una metáfora, como le pasaba a usted antes
-¿De la misma que yo sufría?
-No, a ella le afectan unos dolores de cabeza terribles y descubrí que lo que le causa ese dolor es su actitud. Nunca está quieta y siempre está enojada porque salta como leche hervida
-Sí, suele suceder
-Bueno, ¿y usted cómo se encuentra? Nos había quedado un tema pendiente, ¿no es así?
-Sí, por eso vine, pero la cuestión es que estoy invadida por otros pensamientos que no me dejan darle prioridad a lo que venía a contarle
-Continúe, la escucho
-¿Habrá ciclos para determinados pensamientos?
-¿Ciclos? ¿En qué sentido?
-Sí, ciclos. Hay determinados pensamientos que no son nuevos sino todo lo contrario y que vuelven de vez en cuando a instalarse en mi cabeza. Repiten ideas que ya sé de memoria, frases recurrentes que conozco. La cuestión es que son combativos. Sí, aunque trate de ignorarlos, siempre vuelven luego de un tiempo
-Interesante, Beroldo. ¿Y por qué los ignora?
-Ahí está la cuestión. La relación con este tipo de pensamientos es la siguiente: en algún momento sí les di reconocimiento, los escuché, los evalué, hasta que me di cuenta de que no me servían ni me hacían bien y los descarté. Pero son tan necios que vuelven y se quieren instalar, como si tuviesen ese derecho por ser “viejos conocidos”
-No me explique más, querida. A usted la aquejan los pensamientos circulares
-¿Pensamientos circulares?
-Sí, por lo que relata, son esos pensamientos tercos, pesados, que siempre repiten lo mismo
-Exactamente, y cuando intento tragármelos, ni le cuento lo que tardo en digerirlos
-Claro, querida, es que son altamente indigestos. ¿Ahora cómo anda de la panza?
-Imagínese, doctor
-Bueno, entonces, voy a recetarle unas pastillas que ayudan al proceso de digestión, pero lo más importante es que intente combatirlos de otra forma. Si se da cuenta de que no necesita las pastillas, ya sabe que prefiero que no las tome
-Sí, claro, yo también prefiero lo mismo. Entonces, voy a estar atenta a los giros
-¿A qué giros?
-Según usted, los pensamientos son circulares, eso quiere decir que pasan siempre por los mismos lugares. Cuando pasen sobre ese punto repetido, acechándome con una cuestión que ya había dado por terminada, ahí los voy a ignorar hasta que se vayan
-Es una excelente estrategia, Beroldo. Estoy segura de que así será
-Gracias doctor. Entonces, nos vemos la próxima
-Nos vemos pronto, querida. Por las dudas, no se olvide de la receta
-Adiós, doctor
-Adiós, Beroldo



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