martes, 2 de agosto de 2011

Consulta médica XVIII

-Hola doctor, ¿cómo está?
-Hola Beroldo, muy bien ¿y usted?
-Bien también, gracias
-La noto cansada, ¿tiene problemas para dormir nuevamente?
-No, por suerte no, pero sí estoy cansada igual. El ritmo acelerado del día a día a veces me abruma y no puedo seguirle el paso
-Sí, la entiendo, querida, a todos suele pasarnos, pero ¿es sólo eso lo que tiene?
-No es poca cosa, doctor. Por momentos siento que vivo en cámara lenta y al autoexigirme acelerar un poco, me pasa lo de hoy. Me canso terriblemente
-A ver, vayamos por partes. No entiendo esa autoexigencia suya, pero me interesaría primero saber qué es eso de vivir en cámara lenta. ¿Me lo define?
-Ese es otro temita, doctor
-¿Qué temita?
-El de las definiciones. Ya no puedo
-¿Qué cosa no puede? ¿Definirme su problema? Pero si usted es experta en ofrecerme explicaciones precisas. Ya estoy mareado, Beroldo
-Ahí está la cuestión, doctor. Eso de lo que yo me jactaba de poder hacer sin problemas, ahora ya no me satisface
-¿No le satisfacen las definiciones? Ay, Beroldo, ayúdeme que estoy totalmente perdido
-No pierda la calma, doctor, que me pongo más nerviosa yo
-No, no, tranquilicémonos y avancemos de a poco. Me comentó que siente como si viviera en cámara lenta, le pedí que me lo explicara más precisamente y resulta que ahora cree que no puede definir nada. ¿Así viene la cosa?
-Más o menos. No es que no pueda definir nada sino que ahora estoy en duda de su verdadera utilidad, es decir, pienso que usted puede entender mejor de qué le estoy hablando sin que yo le tenga que definir a fondo la cuestión
-Ah, entonces, lo que a usted le pasa es que no quiere que yo le pregunte por especificaciones, sino que pretende que yo saque mis propias conclusiones con lo que escucho
-Bueno, así suena un poco irrespetuoso de mi parte, no es que no quiera que me haga preguntas. A ver, usted es el doctor, debe hacerles a sus pacientes todas las preguntas que crea necesarias. Lo que últimamente pienso es que, a veces, las definiciones no sirven para aclarar una situación particular y que por eso, para entender el significado de algo, es necesario pensarlo en ese contexto social específico
-Interesante, Beroldo…
-Por ejemplo, doctor, defíname lo que es un juego
-¿Un juego? Pero, ¿qué tipo de juego? ¿De azar, con reglas, de competencia, de niños?
-¿Ve lo que le digo? Aunque parezca fácil, no puede darme una sola definición porque siempre dejaría afuera alguna característica. Eso es lo que me inquieta, ¿cómo hago para definirle ciertos conceptos? Usted me conoce bien, sabe que siempre estoy analizando cómo funciona el lenguaje. Bueno, ahora me topé con este obstáculo y le aseguro que bien no la estoy pasando
-Pero querida, no desespere, escúcheme un poco. Yo no puedo darle una definición exacta de lo que es un juego, en eso estamos de acuerdo, sin embargo ambos entendemos de qué se trata si alguien menciona un juego de cartas o un juego de ajedrez o un juego de niños de jardín de infantes
-Por supuesto, por eso le digo, sin definir, identificamos claramente el significado de la situación. Debo olvidarme de las definiciones, doctor
-Me hace reír, Beroldo. No se olvide de las definiciones, simplemente reposiciónelas. Conmigo puede seguir usándolas todo lo que quiera y además yo haré el ejercicio de rellenar la información que quede afuera para así entender mejor la situación
-Gracias, doctor. Siempre logra tranquilizarme. Y sin hacerme sentir una loca, aunque lo esté
-De nada, Beroldo, para eso soy su doctor. Y no está loca, querida
-Lo veo la próxima, me voy a casa a descansar
-Vaya nomás, hasta la próxima, mi querida
-Adiós, doctor

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