sábado, 14 de noviembre de 2009

Asfixia

Comenzó a reírse con tanta energía que casi se ahoga. Por un momento pudo sentir la impotencia que se produce en el cuerpo cuando deja de afluir el oxígeno a los pulmones. Fueron varios segundo de ambigüedad. La desesperación por la falta de aire se le mezcló con las ganas de continuar disfrutando de aquellas emociones desbordadas. Al final, decidió seguir aprovechando ese momento de plenitud. En definitiva, no existe mejor forma de morir que hacerlo por un exagerado rapto de felicidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario