lunes, 23 de noviembre de 2009

Indigestión

Tiene frío si se destapa, pero a la vez siente un calor terrible en la cara. No para de moverse y aún después de varias horas, no logra encontrar una posición para el descanso. Maldice el momento en que no hizo otra cosa más que escuchar. Horas de tragar y tragar, sin ni siquiera masticar. Ahora se siente pesada, no puede moverse y tiene pesadillas. Es su culpa. Bien sabe que los atracones podrían evitarse. Es difícil controlar ese impulso irrefrenable de consumir, pero con buenas dosis de catarsis en el momento justo, puede evitar llegar a semejante estado de malestar.
Ahora es tarde, como no habló en el momento justo, tiene la panza llena de palabras y deberá esperar con paciencia que su cuerpo las digiera.
Sólo espera haber aprendido la lección y que en una próxima oportunidad, pueda manejar mejor la situación. Lo único que le falta es empezar a sufrir de trastornos periódicos de consumo indiscriminado de palabras ajenas.

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